sábado, 3 de noviembre de 2018

EL PAPER DE XÁTIVA


Doy gracias al profeta por permitirme ser liviano y dado a los placeres terrenales, que no me hacen desear ni paraísos, ni cuarenta vírgenes en el más allá.  Mis dones van desde la palabra hasta la complacencia, nadie como yo para saber apreciar las artes del buen vivir.
No hay mujer que se me resista, con caricias, versos o besos, las hago derretir. Nunca negaré lo obvio, pero servidor más fiel tampoco lo encontraréis, en cuánto tengo encomienda, para mi otra  labor ya no hay. Ahora he de leer las ordenes de mi rey.
Todas las misivas de mi señor Lope vinieron, vienen, van y vendrán escritas en el más exquisito papel, hasta los reyes cristianos quedan sin quererlo atrapados, en el tacto de aquel mensaje, que tal vez y, según para quien, no puede resultar nada suave. Dicho esto, solo puedo añadir la historia de este maravilloso utensilio, que se porque un poeta como yo, no posee alma efímera, y sabe perdurar en el tiempo. Como así sea alabada y glorificada la memoria de mi Rey Lobo, poseedor de esta ciudad.
Paper es la palabra que nombra la hoja delgada que se hace con pasta de fibras vegetales.
Este nombre procede del latín papyrus que es la traducción griego papyros y que a su vez proviene de los jeroglíficos egipcios  PPR (Perteneciente al faraón) que llega al las polis griegas con los mismos símbolos  aunque en forma de hierograma, significando  letra sagrada.
Por lo tanto paper fue antes que papel y, curiosamente, así se refleja en el idioma anglosajón, que copió la palabra del catalán, gracias a la ciudad valenciana de Xátiva  que fue quién  introdujo el papel en Europa, allí se comenzó a fabricar en 1071 con paja de arroz y grasas animales. Una forma mejorada de manufacturacion, tras haber heredado el saber de ciudades como Bagdad, El Cairo y Fez, que guardaban las mismas raíces islámicas que Xátiva en aquella época, pero estas le robaran el invento a la China, después  ser desvelados sus secretos tras la batalla de Samarkanda.
Y con estas palabras termino mi labor, enseñar al que no sabe, ha sido mi misión en esta ocasión.  Mi señor así me lo ordenó. Mi lobo deja huella, desplegando su estrella en papel xátivi.




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