sábado, 3 de noviembre de 2018

NOVIEMBRE






De color calabaza se viste Noviembre, con hojas caídas y muerte vestida de recuerdos. Todos los años lo mismo, la tradicional visita al cementerio. Flores para los nuestros, limpieza de lápidas y lágrimas en nuestros ojos. Reencuentro con vivos y ancestros, en un camposanto de alineados cipreses.

Mi madre reniega de las costumbres yanquis, que nos están invadiendo, las encuentra de muy mal gusto. Prefiere a la Santísima Santa Muerte, la niña blanca, esa que es adora en México.

Su amiga Marta es ciudadana del mundo, pero nació en la tierra mexica. Ella le contó que la tradición de tal culto vino transmitida de boca en boca. De siglo a siglo. Entre las diferentes culturas, que se iban sucediendo.

Primero fueron Los Mayas con su dios Ah Puch, rey de Xibalbá, el inframundo. Desaparecidos estos ocuparon su lugar los Aztecas con Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl dioses con género de la muerte, que dominaban la oscuridad del Reino de esta, Mictlán. Pero todo culto a esqueletos se tuvo que silenciar por el momento, cuando llegó el virreinato de España y su Santa Inquisición. Aunque el secreto nunca callado del todo seguía existiendo en la memoria colectiva de los indígenas. Hasta un día en que la Santísima Santa Muerte se reveló, mostrándose en su forma, en una choza del poblado de Catemaco. Tras lo cual su espíritu voló a todos lados para no esconderse de quien realmente la ama. Los cristianos de antiguo la tacharon de aparición satánica, pero su culto prevalece y aumenta para bien y para mal. Ella no juzga a quien la sigue, busca adeptos y nada más.

La muerte forma parte de la vida, y allí se colocan altares en las casas, con retratos, flores y la comidas preferidas de los difuntos que son honrados, en el que fue su hogar, o ante los seres que les guarda recuerdo. Eso me transporta junto a Coco. Sí, la anciana de la película, ¡cuánto lloré viéndola! Pero me encantó, sobre todo la parte que copio para cantarle a los míos, a los que ya no están:

" Ay, de mi llorona
Llorona de azul celeste
Y aunque la vida me cueste llorona
No dejaré de quererte
Me subí al pino más alto llorona
Haber si te divisaba
Como el pino era tierno llorona
Al verme llorar, lloraba
La pena y la que no es pena llorona
Todo es pena para mi
Ayer lloraba por verte llorona
Hoy lloro por que te vi
Ay de mi llorona, llorona
Llorona de azul celeste
Ay de mi llorona, llorona
Llorona de azul celeste″
Y aunque la vida me cueste llorona
No dejaré de querer
Ay ay ay ay" 

¡ Padre cuánto te echo de menos!

#zenda  #mexico #día de muertos.

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