Confieso que me gusta hacer
viajecitos, más de una vez a la semana. Lo peor de emprenderlos es la debida organización,
lo sé, pero yo en ese aspecto soy muy meticulosa, no me gusta ver nada fuera de
su sección. Día a día voy colocando cada cosa en su sitio, y así a la hora de
la marcha todo es más rápido. A veces, sobre todo después de una celebración, se
me acumulan tantas trastos que ya no encuentro
lugar para ellos y, me veo obligada a adelantar el viaje, o incluso a buscarme
otro medio de transporte para llevármelos. Normalmente uso un carrito, ya que
los trayectos son cortos. Pero lo mejor de todo es la satisfacción que
encuentro con ellos. El punto final del recorrido suele estar repleto, es muy céntrico,
y eso se nota, aunque aquí una servidora siempre encuentra un hueco para darlo
todo. Al fin y al cabo para eso me desplazo hasta allí, y las veces que haga
falta, con tal de cumplir con mi deber de ciudadana del mundo.
Las zonas de reciclaje deberían
ser un viaje obligatorio para todos; papel o cartón, aceites, vidrios y plásticos,
tienen que pasar de útiles a reaprovechados.
#zenda #viajessostenibles
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